miércoles, 26 de marzo de 2014

Un clásico - Soupe à la oignon - (sopa de cebolla)




Según el escritor de “Los tres mosqueteros”,  Alexandre Dumas: 
 “una sopa muy querida de los cazadores, gente de mala vida y venerada por los borrachos”.

¿Pero como llego a ser un plato tan humilde, elaborado con ingredientes sencillos, a ser una de los platos más famosos y populares?
Dicen que fue un ex-rey electo de Polonia y suegro del rey Luis XV de Francia - Estanislao I. Leszczynski - a quién descubrió esta sopa tradicional. Desde ese momento dejo de ser un plato de campesinos y pobres. Su fama y popularidad extendido en la corte francés rápidamente y más tarde se convirtió en el plato obligado con el que terminaban las juergas nocturnas parisinas, como recita Dumas.
Un pequeño viaje a través de los sentidos.



Ingredientes:
4 cabezas grandes de cebollas dulces
1 cuchara grande de manteca de oca (si no hay mantequilla)
2 cuchara de harina simple
1,5l caldo de carne
1 cucharita azúcar moreno
1 chorrito de coñac
pimienta negra 
1 hoja de laurel 
1 ramita de tomillo
sal
Para las tostas:
pan tipo baguette
queso rallado yo utilicé semicurado de cabra


Pelamos y cortamos en finísimas rodajas las cebollas. Las reservamos en un plato. En una cazuela grande calentamos la manteca o mantequilla. Cuando se haya derretido introducimos las cebollas, la cucharita de azúcar moreno y un poco de sal. En fuego medio-bajo, removiendo con una cuchara de madera cocinamos hasta que la cebolla quede transparente y blanda (a mi me gusta tostar ligeramente).
Espolvoreamos con la harina (la cebolla) y removemos para mezclar bien. Añadimos el brandy y dejamos 1-2 minutos que se evapore e incorporamos el caldo junto con la hoja de laurel y la ramita del tomillo. Salpimentamos y dejamos durante 20 minutos a fuego muy suave.
Cortamos en rebanadas finas el pan espolvoreamos con el queso rallado y metemos en el horno pre calentado a 200º. Gratinamos durante 5-6 minutos y la servimos inmediatamente, bien caliente junto
con nuestra sopa.